
En Pichincha y desde Tabacundo, se entrenaron a cinco perros dos pastores alemanes (Rocky y Kaiser) y tres pastores belgas (Raptor, átila y halcón) para que puedan detectar este virus mediante su olfato. Este proyecto demostró que los perros pueden ser un buen aliado para detección del COVID-19.
Patricio Galiano, director del centro de entrenamiento canino Working Dogs WDK-9, de Tabacundo (Pichincha), entrenó a cinco perros; ninguno pasa de los 3 años y, desde cachorros, los entrenaron para detectar explosivos y drogas y buscar a personas desaparecidas.
Sin embargo, cuando se presentó el proyecto valorado en $ 35.000 a varios municipios del país, no recibió apoyo para continuar con el programa. El sustento le llegó por parte de un gobierno extranjero al que decidió donar los canes.
Actualmente, las formas más aceptadas de confirmar o descartar la enfermedad por COVID-19 son chequeos médicos, pruebas PCR y de antígenos. Así lo precisa Paúl Cárdenas, microbiólogo de la Universidad San Francisco, mientras explica que los perros no pueden ser estandarizados como pruebas de diagnóstico.
“A pesar de la sensibilidad que tienen los canes en su olfato, esta detección no sería objetiva en su totalidad y no se podrían obtener resultados comprobables”, comenta.
Con esto está de acuerdo Patricio Galiano, pues afirma que el entrenamiento que realiza no tiene como finalidad remplazar las pruebas de diagnóstico, sino más bien convertirlo en una herramienta complementaria en espacios con aglomeraciones, como aeropuertos, conciertos y eventos masivos.
Fuente: El Universo
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